Por Rocío

Como si fuera la primera vez, para mi cada puesta en escena representa trabajar hasta lograr el último detalle y a cinco días de La Vendedora de Fósforos, repaso mentalmente a todas horas del día, la lista de las cosas pendientes para asegurarme que voy concluyendo actividades y que mi lista quedará en cero dentro de dos días. Lo mismo pasa también por la mente de mis bailaoras que ajustan y ajustan los detalles coreográficos, aunque como siempre algunas cosillas de vestuario se les pasan por alto.

Los músicos son usualmente más tranquilos que nosotras, no sé si por pertenecer al sexo masculino o porque tienen menos detalles en la cabeza. La frase inmortal de Felipe (director musical) es: Rocío tranquila todo va a salir bien! Sobre todo porque en estas  últimas semanas siguen saliendo detalles pendientes que mi personalidad no me permite de ninguna manera pasar por alto.

Felipe está con Al Andalus desde hace 5 años si la memoria no me falla, y aunque es una persona un poco callada (creo que son demasiadas mujeres hablando al mismo tiempo), se ha ido ganando el cariño de todas. Siempre pone empeño por hacer bien su trabajo y por dar el matiz necesario a las piezas para darle vida al espectáculo. Ahora que escribo sobre él, reflexiono en cuando le anotaba en las hojas: necesito aquí una introducción larga de guitarra. El me preguntaba cuánto de larga y mi respuesta: 2 a 3 minutos. El sólo sonreía y me levantaba una ceja, pero sin decir nada, se iba a componer la ‘‘introducción‘‘. A veces me da pesar sus gestos evidentes de dolor de espalda luego de un ensayo de 3 a 4 horas en una mañana o una tarde. Pero le agradezco infinitamente su preocupación por los detalles, porque sabe lo importantes que son para mí.

Jose y Juan son los cantaores del grupo. Jose está conmigo desde hace 19 años y es el amor de mi vida. Las chicas molestan a veces y dicen que somos el papá flamenco y la mamá flamenca, y aunque lo dicen con gracia, después de tanto tiempo de compartir con ellas, en realidad son como mi familia. Jose y Juan aprendieron a cantar desde pequeños, su padre es un cantaor sevillano, y ellos de tanto escucharlo y acompañarlo a la guitarra, fueron migrando poco a poco de los tangos flamencos y las sevillanas, a cantes más jondos. Jose me aguanta los inventos aunque no siempre hace buena cara, porque a veces lo que pido resulta vocalmente imposible, pero trata de ajustarlo de la mejor manera. Juan se rasca la cabeza e intenta meter el tirititrán ‘‘atravesado‘‘ que se me ocurrió hacer, o la letra de tiento a la que le añadí un verso más porque no quería mutilar un paso que me gustaba mucho.

David (percusión) es primo de Melissa (flauta traversa) y también nos acompaña casi desde nuestros primeros pasos como grupo. Tiene una personalidad fuerte y de vez en cuando se enoja cuando hay mucho desorden o siente que las cosas no van saliendo. Para La Vendedora de Fósforos, hay secciones de baile que sólo van acompañadas de percusión con la idea de aumentar la intensidad del zapateado y aunque el acople para las que bailan ha tenido un poco de dificultad, el resultado visual y auditivo es muy interesante. Entre David, Felipe y Priscilla (teclado), se dieron a la tarea de revisar los zapateados para trasladarlos musicalmente al cajón flamenco de David y creo que en la puesta en escena este trabajo dará sus frutos.

Tela (violín), Melissa (flauta traversa) y Priscilla (teclados), completan el cuadro de los músicos, agregando colores puntuales y matices distintos a las piezas para aumentar sus textura y enriquecer los sonidos. En este espectáculo en particular me agrada mucho el aporte del violín porque su voz melancólica contribuye a crear la atmósfera apropiada para el desarrollo de las escenas del cuento.

Aunque no pertenecen al grupo de los músicos, Sylvia (teatro), Naty (baile, profesora), Ali (baile, profesora), Silvi (baile, profesora), completan el equipo de trabajo detrás del espectáculo. Muchas horas adicionales de un millón de cosas por hacer y muchas ganas de trabajar bien, al ciento por ciento. A pesar de las locuras que se me ocurren a veces!! Así que a cinco días, ahorita está Naty vendiendo entradas, gestionando las notas de prensa y el diseño gráfico con Carlitos, nuestro diseñador que siempre nos diseña afiches y programas hermosos!; Ali en el mercado central buscando detalles para el cabello que hacen falta; Silvi en ensayos extra con su grupo para asegurar que todo salga bien; y Sylvia terminando el diseño de las luces.

Cuenta regresiva para La Vendedora de Fósforos y todo el equipo Al Andalus listo!

De todo corazón deseo que disfruten mucho de este espectáculo!