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Navidad entre lunares

Definitivamente desde siempre mi época favorita del año es Diciembre.  Se siente en el aire y en la actitud de la gente y eso hace de este mes muy  especial y diferente a los demás. La Navidad nos invade a todos y es una mezcla de nostalgia y alegría que no se siente en ningún otro momento del año.

Si cierro los ojos puedo hacer un recorrido por Navidades y fines de año que tienen mucho valor sentimental:  las mañanas del 25 de diciembre cuando abría regalos y despertaba a todos a las 6 a.m., la casa de muñecas que fue el regalo favorito de mi infancia (porque ya de grande supe que  la construyeron y pintaron mis papás y hermanos), la narración de Radio Reloj en los últimos minutos del 31 de Diciembre, la cual siempre me ha parecido muy pintoresca porque es una combinación de ansiedad, alegría y un poco de angustia, como si fueran los últimos segundos de vida en este mundo, jajaja.   Y si sigo, no termino de recordar cosas muy significativas.

Ya de grande los recuerdos más vívidos de esta época no son las cosas materiales, si no los momentos con los que quiero, mi familia y Más >

Finalmente “Al Andalus en Nochebuena”

Hace unos años, para ser más exacta, en Enero del año 2008, vi un video de baile flamenco en mi lugar de trabajo de ese entonces. Era de un tema navideño, del nacimiento del Niño. Cuando lo vi pensé que bonito sería bailar esas canciones con motivo del portal, de la Virgen María, que mece al Niñito…me gustó tanto!

En ese momento recordé a mi abuela y a mi tía abuela, que siempre iban al teatro a verme en mis presentaciones de baile folclórico. Pensé que por la temática, les gustaría mucho ver algo así. En ese entonces yo tenía entre mis metas bailar flamenco, pero no había encontrado dónde o al menos un lugar que se viera bonito para ir a probar, ver qué tal y si yo funcionaba en ese tipo de baile.

Me llamó la atención ver el programa de mano que venía junto al cassette, traía un número de teléfono y lo anoté para averiguar sobre las clases. Ese video de la presentación del año 2007 de “Al Andalus en Nochebuena” me capturó por completo. Me decidí a llamar y ya en Febrero del 2008  inicié mis clases.

Al principio fue muy difícil, a pesar de haber bailado en Más >

Beneficios Psicológicos de Bailar Flamenco

Por Mariangel Vindas Psicóloga y bailaora

Bailar flamenco es beneficioso, ¿a quién no podría gustarle, a quién no podría beneficiarle? Es tan bonito, tan retador, tan divertido, tan apasionante, tan chiva ir a las clases y compartir con las compañeras. Estas opiniones, y creo que no me equivoco, ellas las compartirían conmigo y agregarían muchos sentimientos más, llenos de pasión y de amor por esta disciplina tan maravillosa que nos cautiva, nos enamora y nos pone a bailar donde sea que suene una sevillana o cualquier ritmito que pueda parecernos “aflamencado”, y si no parece flamenco, ¡igual le metemos los zapateados y los floreos!

Pero para quienes necesitan un  poquito más para terminar de convencerse, o para quienes ya lo disfrutan pero quieren ver todo lo hermoso que nos aporta, hagamos un recuento con puntos específicos del baile flamenco y sus beneficios psicológicos:

1)      AUTOESTIMA: Si una persona se dio la oportunidad de entrar a clases de baile flamenco, ya hay ahí un poquito de amor propio, sea consciente o inconsciente. Esta persona se percibe con la capacidad de aprender, considera que puede manejar la frustración de no poder hacer todo al comienzo, pero si persevera es porque sabe que puede ir mejorando Más >

Con el alma aferrada a recuerdos imborrables, por Laura

Con el alma aferrada…a recuerdos imborrables

El flamenco siempre ha sido mi pasión, porque en el expreso lo que siento, lo que vivo y lo que sueño. Particularmente este año, con el montaje de “Con el alma aferrada”, el flamenco me ha tocado fibras profundas, probablemente debido al momento en el que estoy viviendo. El perder a seres queridos este año ha calado en mi esencia, pero ninguna pérdida tan grande como la partida de mi padre, a quién sin duda alguna, dedicaré mi baile este domingo, con la certeza de que desde arriba me estará aplaudiendo. A lo largo de este 2014 a medida que nos fuimos adentrando en el tema y entendiendo mejor la experiencia de tantas personas que han tenido que dejar su tierra, no creo que alguno de nosotros no se identificara al compararlo con algún momento de su vida: un viaje, dejar un trabajo, el lugar de nacimiento o aprender a desprendernos de quienes más amamos. Hay quienes dejan un país con la esperanza de encontrar un mejor futuro, pero al mismo tiempo añoran a su gente, su casa y hasta el olor de su patria. Este sentimiento lo comparto personalmente con la partida de mi Más >

Nuestras idas y vueltas

Mi primer recuerdo de Al Ándalus fue al compás de los bastones. Caminé tímidamente hacia la escalera y el sonido penetró en cada arteria. Ese es mi recuerdo predilecto, al que vuelvo cada vez que senti-pienso en la academia que me acogió hace ya tres años. Justamente durante el primer ensayo general para nuestro próximo espectáculo “Con el alma aferrada”, el poderoso sonido de los bastones me hizo llorar de alegría; no solamente por revivir aquel episodio, sino porque en ese instante me di cuenta de cuánto he crecido. He ido y vuelto física, mental y espiritualmente, como estoy segura lo han hecho todas y todos quienes formamos parte de esta academia.

Ir y volver es característica humana por excelencia. Cada decisión implica migrar. Desde decidir cortarnos o teñirnos el cabello, subir o bajar de peso, mudar la paleta de colores en nuestro guardarropa o nuestro trabajo o casa hasta creer o no en algo o en alguien implica un cambio constante como atravesar el mar por Guajiras (“palo” flamenco). El aceptar la partida física de un ser amado o la bienvenida de un ser nuevo, sean éstas de cierto modo anunciadas o intempestivas, es migrar. En este sentido, “Con el Más >