Nuestros gestores: Patricia Urrutia y Fernando Mejías

En este 2011 cumplimos 20 años, por lo que cada mes rememoraremos algunas personas y momentos importantes de nuestra historia, tanto en este blog como en la decoración de la Academia.  Aquí elprimer texto, escrito por Rocío.

Fernando Mejías y Patricia Urrutia, son indiscutiblemente los gestores del grupo Al Andalus, al heredar a sus respectivos hijos e hijas, la afición por el flamenco.

Fernando Mejías en el espectáculo "Contigo Andalucía", presentado en el año 2009 en el Teatro Nacional.

El cante flamenco es uno de los elementos que no puede faltar y que se resiente profundamente cuando está ausente en la práctica o en el escenario. Sin embargo,dada la naturaleza cultural particular de este arte, es bastante difícil encontrar cantaores en estas latitudes centroamericanas. Pero por esas rarezas del destino, Fernando Mejías llegó a Costa Rica en 1969 y aunque yo que lo conozco sé que le gusta que lo escuchen cantar, se ha dedicado más que todo a cantar por lo bajito: para su familia y para grupos de amigos cercanos quienes disfrutan de su arte, aunqueno en pocas ocasiones su voz ha llegado a auditorios más grandes, incluyendo el Teatro Nacional.

Fernando Mejías, el papá de mi esposo, nació en Sevilla en Más >

Para terminar el año

Por Rocío

Este 2010 fue un año de mucho trabajo para Al Andalus. Además de preparar  nuestro proyecto para diciembre, disfrutamos de mucho flamenco con talleres y cursos cortos. Los primeros fueron durante el Festival Internacional de las Artes a finales de marzo, con los talleres cortos que tuvimos la oportunidad de organizar con las bailaoras María José Franco y Sonia Poveda. Unos meses después, algunos de los miembros de Al Andalus participaron en los talleres organizados por el Centro Cultural de España:  El Sonido y el Gesto Flamenco, de la Compañía Bulos y Tanguerías; y en un pequeño taller de baile con la bailaora Auxi Fernández, el pasado 11 de Diciembre.

El proyecto de Al Andalus La Vendedora de Fósforos nos mantuvo muy atareados y nos permitió al mismo tiempo, crecer de forma diferente y cumplir con el reto que nos propusimos en enero. Para la compañía Al Andalus significó muchísimo crecimiento personal, a pesar de los obstáculos individuales y grupales; no obstante, el trabajo de dirección escénica de Sylvia Sossa se vió finalmente reflejado en la puesta en escena. Por otro lado, el mayor desarrollo de habilidades a nivel técnico y rítmico fue evidente para mí y me siento muy orgullosa del Más >

A cinco días!!

Por Rocío

Como si fuera la primera vez, para mi cada puesta en escena representa trabajar hasta lograr el último detalle y a cinco días de La Vendedora de Fósforos, repaso mentalmente a todas horas del día, la lista de las cosas pendientes para asegurarme que voy concluyendo actividades y que mi lista quedará en cero dentro de dos días. Lo mismo pasa también por la mente de mis bailaoras que ajustan y ajustan los detalles coreográficos, aunque como siempre algunas cosillas de vestuario se les pasan por alto.

Los músicos son usualmente más tranquilos que nosotras, no sé si por pertenecer al sexo masculino o porque tienen menos detalles en la cabeza. La frase inmortal de Felipe (director musical) es: Rocío tranquila todo va a salir bien! Sobre todo porque en estas  últimas semanas siguen saliendo detalles pendientes que mi personalidad no me permite de ninguna manera pasar por alto.

Felipe está con Al Andalus desde hace 5 años si la memoria no me falla, y aunque es una persona un poco callada (creo que son demasiadas mujeres hablando al mismo tiempo), se ha ido ganando el cariño de todas. Siempre pone empeño por hacer bien su trabajo y por dar el matiz Más >

El cuento de La Vendedora de Fósforos -a semana y media!

El cuento de Hans Christian Andersen, adaptado por Rocío.

Era el día de Nochebuena y una muchacha se despertó en la calle con hambre y frío. Un día más en que tenía que salir a ganarse el sustento vendiendo fósforos.

En el mercado, todos se veían muy alegres en medio del ajetreo de las fiestas, haciendo las compras para preparar los últimos detalles de la cena. En cambio para ella el día no era tan alegre: nadie le compraba fósforos siquiera por caridad. Con resignación y a medida que las calles iban quedando vacías, se sienta en una esquina de la pared para protegerse del frío y decide calentarse con los fósforos de su canasto. Enciende el primero y la llama piadosa la trasporta como en un sueño a la fiesta de Nochebuena en una casa de la ciudad. ¡Qué luz tan hermosa! ¡Cuánta gente! ¡Cuánta alegría! Había comida y regalos por todas partes…. La visión era muy hermosa y cuando estaba a punto de entrar a la casa para poder calentarse y comer… el fósforo se apaga dejándola de nuevo en la oscuridad.

Entonces decide encender un nuevo fósforo. La llama naranja la transporta de nuevo a un lugar m aravilloso, donde Más >

A tres semanas (dos y media ya!)

Por Rocío

Los cuentos son ventanas mágicas que aparecen en lo cotidiano para refrescar el espíritu. Cuando alguien tiene la delicadeza de sacar tiempo para sentarse con dulzura y contarle un cuento a un niño, le da una muestra de amor que atesorará para toda la vida y le permitirá soñar y crear personajes fantásticos en un mundo paralelo donde elaborará al detalle hasta el color del sombrero del protagonista de la historia.

Mis abuelos Lela y Lelo, tuvieron ese detalle para mí. Me contaron muchos muchos cuentos como sólo los abuelos pueden contarlos y todavía de mayor, de vez en cuando le he pedido a mi Lelo que por favor me cuente una historia sin importar el número de veces que durante mi vida la he escuchado. Aunque no recuerdo particularmente que me contara el cuento de LA VENDEDORA DE FÓSFOROS, sí tengo en la memoria dos de mis favoritos, escritos también por Hans Christian Andersen en 1835 y 1837, son la Princesa y el Guisante, y El Traje nuevo del Emperador. Este último me causaba mucha risa y mientras escribo, mentalmente me traslado al momento en que mis hermanos y yo nos arrebujábamos entre las cobijas pegaditos a nuestro Lelo Más >